Monday, September 2, 2013

"CREAM AND SODA FOR SELL"


Hacía muchísimo calor, tanto que a Robert McGray se le acabó la crema antes de las cuatro de la tarde. Era la crema lo que hacía especial los refrigerios de Robert, porque la soda la podían adquirir en cualquier otro establecimiento. ¡Pero mierda! Así como congela un invierno en lado este de Estados Unidos, así también quema el verano. No sé si he sido claro con lo de la temperatura y la crema, a la crema no le pasa nada si está expuesta a temperaturas muy cálidas, pero a la gente sí. ¡Esa si que está jodida! Todos los transeúntes no dudaban un segundo en comprarse una de esas sodas con crema que Robert le ofrecía al mercado filadefiano. El reloj no daba ni las cuatro y cinco de la tarde, cuando justo Robert pegaba el último cucharaso en el cambumbo de su crema para darse cuenta, nada menos, que no tenía mas.

"Sorry guys, no more cream, only Soda's" casi cagándose pero lo dijo, para evitar que toda esa gente en la fila tomara la decisión de no volver mas a su establecimiento. No sirvió de mucho, la gente se quejó igual y ya las cuatro y ocho minutos no tenía ni un cliente.

Robert estaba que sudaba frío, perdería el resto de la tarde y el glamour de ser el vendedor de soda mas importante de aquella ceremonia. Celebraban algún aniversario de algún invento de Benjamin Franklin, pero nada que ver con la electricidad, ni esas cosas, en Philly era costumbre resaltar cualquier movimiento de Ben. En fin, si no es porque una niña que se dejaba arrastrar por la cadena de un perro que probaba todo lo que había en suelo, si no es por ese perro neurótico, hoy Robert estaría olvidado. ¡Ese perro estaba saboreando, justo en frente de Robert, una bola de helado que la niña había dejado caer justo encima de un vaso de soda de su propia sucursal! Menuda coincidencia. 

Robert cerró con candado, corrió al supermercado mas cercano; compró helado de vainilla, marcadores y cartulina. Regresó a su tienda, abrió el candado, escribió rápidamente en la cartulina y lo colocó frente a la calle.



"Ice Cream Soda for Sell", y no eran ni siquiera las cuatro y treinta cuando empezó a formarse la linea nuevamente. Robert McGray semanas después salía en los periódicos, su noticia iba de mano con otras invitaciones a ceremonias de Benjamin. La noticia corrió a otros países con el tiempo, fue una bebida casi masónica, no hay registro de ningún libro, ni receta, ni manual de instrucciones necesarias para prepararlo, pero tampoco lo ameritaba. Son de esas tradiciones que pueden seguir pasándose por vía oral. El helado primero, luego la soda; la soda primero, luego el helado: da igual. 

Lo mejor de todo es que, veinteinueve años después de Robert descubrir el Ice Cream Soda, todos los recién operados de las amígdalas pueden degustar de este exquisito y sabroso cóctel.

Ese penúltimo párrafo no tiene nada que con las intenciones de Robert pero sin con el narrador, el narrador va por su tercer día post operatorio de las amígdalas, y bueno.. ya saben el resto.

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