Y nada,
bajé del ascensor de casa y me iba a trabajar, estaba tardísimo y apurado, pero
Vicente, un señor mayor, en sus 90 y pico de años, me detiene y me pregunta con
su paz de -no tengo mas nada que hacer-:
-“Hola, cómo estás?”
Ya
saben.. Esa conversación ridícula en la que pierdes todo el tiempo del mundo
hablando de la familia, el divorcio de tu tío y el nuevo carro del vecino. Pero
me senté a conversar unos segundos.. tenía tiempo sin verlo, y pensé que mis 5
minutos iban a servirle de mucho..
La
conversación siguió así:
Vicente:
Llegaste de estudiar?
JM: Sí, estoy aquí.
Vicente:
De dónde vienes?
JM: De Nueva Yol.
Vicente:
Qué bueno, y traes buenos recuerdos?
Mierda, cómo le respondo? No escuché mas nada. Estaba
preparado para responderle del televisor, proyector HD y celular inteligente
que traje de ‘los países’, pero el no le importó ni siquiera si conseguí visa o
tuve sexo con dos gemelas rubias de Alemani, pero NO; el quería saber si traía de Nueva York: "Buenos
recuerdos".
Al final del dia, solo nos quedan los recuerdos.
ReplyDeleteme quedo con la ultima frase... aunque no me guste recordar.
ReplyDeletePastrano 0....jmc 1
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